21 abril 2015

KATANAS, BALLESTAS Y PARTIDAS DE ROL


Esto es ya viejo, viene de antiguo, de años atrás.
Nos podemos remontar al famoso asesino de la Katana, o al tristemente recordado asesino del rol.
Cada vez que algún “iluminado” adolescente ( o adulto con ínfulas de grandeza) ha matado a varias personas sin que se pueda aducir otra cosa que un ataque repentino a sus facultades mentales, se ha revisado minuciosamente sus costumbres y a que cal seo tipo de cultura, o subcultura para algun@s, está acostumbrado. Así, con el famoso asesino de la Katana, conocido así por asesinar a sus padres y hermana con ese arma, enseguida se adujo que su afición al videojuego
«Final Fantasy» y al ROL, podía haber influido en su decisión. Consecuencia, todos los jugadores de videojuegos, y de ese en particular, quedaron estigmatizados.

Con el siguiente caso, el asesino del rol se supo enseguida que todo había sido provocado por que sus asesinos estaban jugando a una partida de ROL inventado por uno de ellos. Eso tuvo en consecuencia que uno de los sistemas de juegos que más puede despertar la imaginación, (una partida de ROL) fuera también vilipendiado y criticado hasta la saciedad, siendo incluso mal visto (lo se porque me pasó) todo aquel que osaba jugar una partida de alguna de sus muchas variantes.

Ahora, tras el que será conocido como asesino de la ballesta (somos tan originales poniendo nombres que asusta su simplicidad) resulta que el chico era aficionado a The walking  dead, la lucha libre, los videojuegos….

Como en los anteriores casos, la prensa, ya está haciendo correr ríos de tinta y metraje de programas para empezar a criticar y acusar a todo aquel que se diga seguidor de algo de esto, queriendo prohibir su visualización, asegurando la mala influencia que todo ello supone para la juventud.

Me he criado con toda clase de series de animación de acción que no precisamente son ejemplos de paz y armonía (Los caballeros del zodíaco, Bola de dragón) he leído comics desde que tengo uso de razón, de todo tipo. He jugado a un sinfín de juegos de ROL, algunos inventados también por amigos. He visto películas violentas, de extrema acción, de artes marciales desde mi adolescencia, y podría seguir poniendo mil y un ejemplos, no solo míos, si no de muchísima gente que conozco, y ninguno nos hemos dedicado, por muy mal que nos haya tratado algún profesor, algún compañero, o quien fuera, a ir matando gente. El problema no está en la cultura (o subcultura para algunos) que consumimos y que consume la gente, si no en la propia gente, en quien la consume, en su capacidad de discernir el bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto.

Dejemos en paz el entretenimiento de la gente, porque si ya encima de que es caro, nos lo prohíben, entonces si que puede llegar a haber auténticos problemas.
No quiero ni imaginar que ocurriría si por chorradas de este tipo empiezan a prohibir la llegada o emisión de cosas como Juego de Tronos.

Casi nada.

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